10 motivos (y ninguna excusa)
para un gobierno de coalición
Es legítimo buscar ventajas para la
propia formación política y, de hecho, es lo que todos hacemos en las campañas
electorales. Pero, cuando conseguir una ventaja para tu partido implica
empeorar el país, no resulta ni moral ni responsable hacerlo
A las personas que estamos en política
nos votan y nos pagan para que nos pongamos de acuerdo para resolver los
problemas del país, no para que nos pasemos dos meses y medio implementando
tácticas de presión mediática
Pablo Echenique - Responsable de la Secretaría de
Acción de Gobierno de Podemos. Diputado en el Congreso
14/07/2019 - 20:52h
LUCA
PERGIUVANNI / EFE / MADRID
Es un placer tener la oportunidad de escribir este artículo defendiendo las
ventajas de un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos en
eldiario.es. En esta época de ruido, tácticas mediáticas de presión, amenazas
de repetición electoral, ajedrez aleatorio, tertulias sobre cuándo se van a
llamar los líderes por teléfono y semiótica experimental "de
cooperación", creo que nos viene bien a todos dedicarnos un rato a hablar
de lo importante, poner un poco de racionalidad y sensatez en el debate y
llamar a las cosas por su nombre.
Así que, ¿por qué un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos?
¿Cuáles son sus ventajas?
En primer lugar, quiero aclarar que, para mí, las únicas ventajas
importantes y, desde luego, de las únicas que voy a hablar, son las ventajas
para la gente de mi país. Para mejorar sus condiciones materiales de vida y
para que todo el mundo pueda tener más seguridad vital, más derechos y más
esperanza en el futuro.
Porque quien, en esta coyuntura, sólo piense en las ventajas para su propia
formación política corre el riesgo de ir en contra de los intereses, las
necesidades y los anhelos de las personas que viven y trabajan en España.
Es legítimo buscar ventajas para la propia formación política y, de hecho,
es lo que todos hacemos en las campañas electorales. Pero, cuando conseguir una
ventaja para tu partido implica empeorar el país, no resulta ni moral ni
responsable hacerlo.
Como mejor se entienden las cosas es con un ejemplo:
¿Era ventajoso electoralmente para Podemos que la moción de censura que
hizo presidente a Pedro Sánchez saliera adelante? Es obvio que no. Lo sabíamos
nosotros en ese momento y así se ha demostrado. La plataforma política llamada
Moncloa suele dar una gran ventaja electoral al partido que la controla. Esto
lo sabe todo el mundo.
Pero, ¿era ventajoso para España que sacásemos al PP de la Gürtel del
gobierno aunque eso pudiera perjudicar electoralmente a Podemos? Obviamente sí.
Por eso trabajamos más que el PSOE para que esa moción de censura saliera
adelante. En ese momento pusimos los intereses del país por encima de los
intereses electorales de nuestro partido y estamos muy orgullosos de haberlo
hecho.
Retomemos entonces desde aquí. ¿Por qué un gobierno de coalición entre el
PSOE y Unidas Podemos? ¿Cuáles son sus ventajas, no para los partidos sino para
la gente de nuestro país?
La primera es que, si llegamos a
un acuerdo de gobierno de coalición,acabaríamos de una vez
con este bochorno que no se merecen los ciudadanos que se
matan a trabajar y a pagar impuestos. A las personas que estamos en política
nos votan y nos pagan para que nos pongamos de acuerdo para resolver los
problemas del país, no para que nos pasemos dos meses y medio implementando
tácticas de presión mediática para conseguir todo el poder sin negociar con
nadie. La gente está harta y este modo de proceder degrada la política. Hay que
ponerle fin.
En segundo lugar, si formamos un
gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, estaremos cumpliendo nuestras promesas de campaña y, por lo tanto, respetando
la soberanía del pueblo español expresada en las urnas el 28 de abril. Nosotros
dijimos claramente en campaña que nuestro objetivo era gobernar y Pedro Sánchez
dijo en campaña que no habría ningún problema para que Unidas Podemos formase
parte del gobierno. Traicionar lo que uno expresa en campaña también degrada la
política y la democracia.
Tres. Si llegamos a un
acuerdo de gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos y Pedro Sánchez
lo presenta al Congreso de los Diputados el próximo 22 de julio, conseguirá la
mayoría simple de la cámara, se quedará muy cerca de la mayoría absoluta y será
investido Presidente del Gobierno. Si llegamos a un acuerdo de gobierno de
coalición, Pedro Sánchez tiene la investidura hecha y no hay ninguna
necesidad de esperar hasta septiembre ni asustar a la gente con una repetición
electoral. Para comprobar que esto es así, basta leer lo que han dicho los
demás partidos con representación en el Congreso y coger una calculadora.
Nota al pie: Hasta hace poco el PSOE
negaba este hecho y era una de las excusas que más repetían sus portavoces:
"No dan los números. Unidas Podemos resta. Si entran en el gobierno la
investidura tendrá menos apoyos que si no están." Hasta que Pablo Iglesias
hizo una propuesta muy sencilla: "Llevemos un acuerdo de gobierno de
coalición al Congreso y, si no sale adelante, nosotros nos replantearemos
nuestra posición." El PSOE ya no repite este argumento. Todo el mundo sabe
que los números dan.
Cuatro. En la actual
situación, en la que PP, Ciudadanos y Vox están inmersos en una competición
para ver quién es más reaccionario y hacerse así con el trono de la derecha (y
por eso mismo ninguno va a prestar sus votos al PSOE), los 123 escaños del PSOE
son menos que los 147 del bloque de la derecha. Por lo tanto, un gobierno de
partido único del PSOE (aunque sea en la modalidad posmoderna "de
cooperación") sería un gobierno débil e inestable. Por el contrario, un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos se asienta
sobre una sólida base parlamentaria de 165 escaños que aportaría la
estabilidad necesaria para afrontar los retos (algunos de ellos muy urgentes)
que tiene España.
Cinco. Asumiendo la
posibilidad de que, en algún momento, la guerra por el trono de la derecha se
acabase y alguno de los tres partidos se abriese a llegar a pactos con el PSOE
(algo que ha sido lamentablemente la primera opción de Pedro Sánchez a pesar de
sus promesas en campaña y a pesar de lo que coreaban sus bases la misma noche
electoral en Ferraz), un acuerdo de gobierno de coalición con Unidas Podemos
sería precisamente, en ese escenario, la garantía
de que el PSOE no se ve tentado de pactar medidas de derechas con Ciudadanos o
el PP. Hace unos días, la Ministra de Hacienda en funciones, María Jesús
Montero, a la que tengo aprecio y presume de ser una persona de izquierdas,
planteaba esto como un problema. Por el contrario, mí me parece que el hecho de
que el futuro gobierno no lleve a cabo medidas de derechas es una ventaja para
los españoles.
Nota al pie: Cuando mencionamos en
alguna entrevista que, en 20 de 28 países de la Unión Europea, hay gobiernos de
coalición, es habitual que se nos cite el ejemplo de Portugal para persuadirnos
de que lo mejor es que los 3,7 millones de españoles que han votado a Unidas
Podemos se queden fuera del gobierno. "En Portugal, el Bloco de Esquerda y
el Partido Comunista Portugués dieron la investidura al socialista Antonio Costa
sin entrar en el gobierno", nos dicen. Efectivamente esto es así, y
también es un hecho que en los últimos meses Antonio Costa ha pactado con la
derecha una reforma laboral para precarizar a los trabajadores y no reconocer
los más de nueve años de congelación de salarios de los profesores de la
educación pública. No queremos que lo mismo pase en España.
Seis. Si, cuando hay una
fuerza política con casi 4 millones de votos, en la que sus dirigentes, sus
militantes y sus votantes tienen voluntad de aportar sus ideas, sus propuestas
y su trabajo a la gobernabilidad de España, se la veta de los espacios de
gobierno sin dar ninguna razón convincente y por medio de la presión y la
amenaza, se está lanzando un mensaje muy tóxico y muy peligroso para la democracia:
"Hay votos de primera y hay votos de segunda. Más te vale votar a una
opción que guste a los poderosos o, si no, vamos a usar todos los cañones
después de las elecciones para que tu voto valga mucho menos que el voto de los
que han votado bien." Un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas
Podemos contribuiría a recuperar la fe de la
ciudadanía en la democracia como gobierno del pueblo y no como un juego
amañado para que, al final, siempre gobiernen los mismos.
Nota al pie 1: Si vuelven a sacar a Portugal,
la respuesta es muy sencilla: Ni el Bloco de Esquerda ni el Partido Comunista
Portugués querían gobernar en coalición con el Partido Socialista. No es el
caso en España. (A veces da un poco de vergüenza ajena tener que contestar a
ciertos "argumentos", pero no perdamos la paciencia).
Nota al pie 2: Las mismas
consideraciones se aplican a los vetos personales. Si se lanzase una campaña de
presiones para vetar a Pedro Sánchez diciendo que el Presidente del Gobierno
tiene que ser un "independiente de reconocido prestigio" y no puede
ser del PSOE, o que sí, que puede ser del PSOE, pero tiene que ser "un
perfil técnico, no político", se estaría entonces diciendo a millones y
millones de votantes del PSOE que las elecciones son un timo y que no tiene
ningún efecto que hayan ido al colegio electoral el 28 de abril a votar a Pedro
Sánchez. Algo muy irresponsable y muy peligroso para la democracia.
Siete. Un gobierno de
coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, sin vetos, y con una representación
de cada una de las dos fuerzas políticas razonablemente proporcional a los
votos obtenidos en las eleccionessituaría a España
dentro de los parámetros de la normalidad democrática y de época. Como decía, en 20 de
28 países de la Unión Europea hay gobiernos de coalición con estas
características y lo mismo ocurre o puede ocurrir en las comunidades autónomas
de nuestro país en las que no ha habido mayorías absolutas. Somos conscientes
de que España viene de décadas de dictadura y después décadas de un
bipartidismo casi perfecto, pero ese tiempo pasó. Los españoles ahora votan una
mucho mayor pluralidad y más pronto que tarde la clase política, incluyendo la
de los dos partidos dinásticos, tendrá que desarrollar esa cultura de la
coalición que es más avanzada democráticamente y que es la norma en Europa.
Nota al pie 1: El PSOE repite mucho que
el caso estatal es diferente porque PSOE y Unidas Podemos no sumamos mayoría
absoluta en el Congreso y, en otros ámbitos, las fuerzas que componen el
gobierno sí la suman. Este tampoco es un argumento válido. En muchos de esos 20
países de la Unión Europea los gobiernos de coalición son en minoría y no pasa
nada. En Andalucía, la derecha ha configurado un gobierno de coalición en
minoría y es posible que ocurra lo mismo en Murcia y en la Comunidad de Madrid.
En Navarra, si finalmente hay acuerdo de progreso liderado por el PSN,
seguramente se formará un gobierno de coalición en minoría. En Barcelona,
Barcelona en Comú y el PSC han llegado a un acuerdo para gobernar juntos y que
Jaume Collboni (del PSC) sea el primer teniente de alcalde de Ada Colau, aunque
las dos fuerzas no sumen mayoría absoluta.
Es muy habitual que haya gobiernos de
coalición en minoría y hay que recordar además que la suma de 165 escaños que
sumamos PSOE y Unidas Podemos está cerca de la mayoría absoluta (176 o 174 si
tenemos en cuenta que hay cuatro diputados catalanes suspendidos) y esto
conforma una base parlamentaria muy estable. La prueba, lo que ya comenté: que
Pedro Sánchez ya tiene hecha la investidura si lleva al Congreso un acuerdo de
coalición con nosotros. ¡Y eso que aún no ha negociado con nadie!
Nota al pie 2: Además de los gobiernos
de coalición en minoría, otra cosa habitual (por no decir imposible de evitar)
es que los socios de coalición piensen diferente en temas importantes. Por eso
sorprende la insistencia del PSOE en argumentar que el hecho de que pensemos
diferente respecto del conflicto en Catalunya impide el gobierno de coalición.
Si esto fuera así, no habría 20 gobiernos de coalición en la Unión Europea, ni
en Canarias, ni en Baleares, ni en la Comunidad Valenciana, ni en el
Ayuntamiento de Barcelona. Sorprende además doblemente cuando Pablo Iglesias se
ha comprometido a aceptar el liderazgo del PSOE en este asunto y respetar con
100% de lealtad lo que acordemos. No se deben poner como excusa temas de tanta
importancia.
Ocho. Un gobierno de
coalición entre el PSOE y Unidas Podemos sería capaz de llevar a cabo medidas más valientes que un gobierno de partido único del PSOE (aunque sea en la
modalidad posmoderna "de cooperación") para recuperar derechos para
las mayorías sociales, reducir la precariedad laboral, controlar los precios de
los alquileres y la factura de la luz, acercarnos a la igualdad real entre
hombres y mujeres, aumentar la justicia fiscal o recuperar la financiación de
nuestra sanidad pública, nuestra educación pública, nuestro sistema público de
dependencia y nuestro sistema público de ciencia y universidades. La prueba de
que esto es así: El Santander, la CEOE, Moody's, el fondo buitre BlackRock y
Morgan & Stanley diciendo públicamente que nos quieren fuera del gobierno.
Creo de verdad que los acuerdos entre diferentes pueden tener componentes
virtuosas. En el acuerdo presupuestario entre el PSOE y Unidas Podemos que tuve
el honor de coordinar junto a Ione Belarra, creo que la combinación entre la
experiencia del PSOE y la valentía y la ausencia de deudas con los poderosos de
nuestra formación política dio un buen resultado para mejorar la vida de los
españoles. Lamentablemente, el gobierno no cumplió importantes elementos de ese
acuerdo, precisamente por tratarse de un gobierno de partido único de ordeno y
mando. Un gobierno de coalición es también una mayor
garantía de que los acuerdos programáticos se van a cumplir.
Nota al pie: Hay compañeros y compañeras
dentro de Unidas Podemos que defienden que es mejor que demos la investidura a
Pedro Sánchez a cambio de un acuerdo programático y que nos quedemos
voluntariamente fuera del gobierno. Los argumentos que suelen manejar son dos
(1) que entrar en el gobierno sería perjudicial para las perspectivas
electorales de Unidas Podemos en las próximas elecciones porque (2) no íbamos a
conseguir hacer nada desde el gobierno o se iban a invisibilizar nuestros
logros. En primer lugar, decir que, incluso aunque este razonamiento fuera
correcto, hicimos campaña diciendo que el objetivo era gobernar. Los casi 4
millones de personas que nos votaron lo hicieron con ese compromiso encima de
la mesa. Renunciar a él después de las elecciones por un análisis teórico
sería, cuando menos, irregular.
Entrando a los argumentos concretos,
creo que es enormemente difícil predecir el resultado de futuras citas
electorales en la época en la que vivimos y, en todo caso, dar más importancia
a las condiciones materiales de vida de mis compatriotas que a la evolución
electoral de mi partido para mí es un principio ético fundamental en política.
Porque sí creo que vamos a ser capaces de hacer cosas importantes para la gente
de este país desde el gobierno. Si eso no fuera posible, ¿por qué las cloacas,
los "independientes de reconocido prestigio", los modelos inéditos en
el mundo entero "de cooperación", los perfiles "técnicos y no
políticos", o las bonitas palabras del Santander, la CEOE, Moody's, el
fondo buitre BlackRock y Morgan & Stanley?
Nueve. Un gobierno de
coalición entre el PSOE y Unidas Podemos podría convertirse en un ejemplo para toda Europa de que otra política económica es
posible. Un ejemplo de que el dogmatismo neoliberal de la austeridad que nos
recetó precarizar los empleos y deteriorar nuestros servicios públicos y
nuestro estado del bienestar como la única manera posible de salir de la
crisis-estafa que los buitres financieros y la banca internacional provocaron
no sólo ha generado un ingente sufrimiento humano, no sólo se ha demostrado
ineficaz para reactivar la economía o bajar la deuda, no sólo ha creado una
Europa de dos velocidades subalternizando a los países del Sur y no sólo es la
causa principal del resurgimiento del antiguo fantasma del fascismo en el
continente, es que además es una burda mentira que sea la única política
económica posible. Tomando como base el acuerdo presupuestario ya firmado entre
el PSOE y Unidas Podemos, que podamos demostrar juntos que (incluso dentro de
los estrechos márgenes fiscales de la actual Unión Europea) se pueden
desarrollar políticas públicas que pongan la vida en el centro, que demuestren
ser más eficaces económicamente y que sean faro en Europa es una oportunidad de
país demasiado importante como para malograrla por intereses de partido.
Diez. Estoy convencido de
que, del mismo modo que la moción de censura y el posterior acuerdo
presupuestario entre el PSOE y Unidas Podemos (incluyendo la mayor subida del
salario mínimo de la historia de nuestra democracia) amplió en España la base
electoral progresista, de un 47,5% y 167 escaños el 26J de 2016 al 48,9% y 185
escaños el 28A de 2019, la conformación de un gobierno de coalición estable que
pueda dedicarse con lealtad, con fuerza y con valentía a implementar las políticas
descritas en los puntos anteriores seguiría ampliando el porcentaje de
españoles que votan justicia social, servicios públicos dignos, cuidar a la
gente corriente y poner límites a los privilegios de los poderosos. Estoy
convencido de que un acuerdo de gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas
Podemos serviría para seguir ampliando el campo de
progreso en nuestro país, porque uno de los principios
fundamentales que me empujó a abandonar temporalmente mi (mucho más tranquila)
vida de científico es que creo en la inteligencia de mi pueblo y, por eso, sé
que, si ponemos de lado las tácticas de partido y sabemos colaborar para
mejorar la vida de la gente, eso se verá reflejado en futuras citas electorales
que nos permitirán profundizar aún más en ese camino. No planteemos la
negociación de gobierno como una partida de ajedrez (aleatorio o normal), en la
que siempre hay uno que pierde y otro que gana… y el que gana nunca es nuestro
país. Si sabemos cooperar, un gobierno de coalición puede ser un win-win-win: Gana el PSOE, gana Unidas Podemos y ganan los
españoles.
Los socios son
el muro que nos blinda ante las presiones del poder